Aunque
casi siempre, principalmente en los humanos, la palabra estrés suele poseer una
connotación negativa, la ciencia distingue dos tipos de estrés, tanto en
animales como en humanos:
- Eustrés o estrés positivo: Es un proceso natural y habitual de adaptación, que consiste en una activación durante un período corto de tiempo con el objetivo de resolver una situación concreta que requiere más esfuerzo.
- Distrés o estrés negativo: Es aquel que en un animal (incluido el ser humano) supera el potencial de homeostasis o equilibrio del organismo causándole fatiga, mayores niveles de ansiedad, de irritabilidad y de ira.
Factores desencadenantes
Los
llamados estresores o factores estresantes son las situaciones desencadenantes
del estrés y pueden ser cualquier estímulo, externo o interno (tanto físico,
químico, acústico o somático como sociocultural) que, de manera directa o
indirecta, propicie la desestabilización en el equilibrio dinámico del
organismo (homeostasis).
Una
parte importante del esfuerzo que se ha realizado para el estudio y comprensión
del estrés, se ha centrado en determinar y clasificar los diferentes desencadenantes
de este proceso. La revisión de los principales tipos de estresores que se han
utilizado para estudiar el estrés, nos proporciona una primera aproximación al
estudio de sus condiciones desencadenantes, y nos muestra la existencia de diez
grandes categorías de estresores:
- Situaciones que fuerzan a procesar el cerebro
- Estímulos ambientales
- Percepciones de amenaza
- Alteración de las funciones fisiológicas (enfermedades, adicciones, etc.)
- Aislamiento y confinamiento
- Bloqueos en nuestros intereses
- Presión grupal
- Frustración
- No conseguir objetivos planeados
- Relaciones sociales complicadas o fallidas
- Los estresores únicos: hacen referencia a cataclismos y cambios drásticos en las condiciones del entorno de vida de las personas y que, habitualmente, afectan a un gran número de ellas.
- Los estresores múltiples: afectan solo a una persona o a un pequeño grupo de ellas, y se corresponden con cambios significativos y de transcendencia vital para las personas.
- Los estresores cotidianos: se refieren al cúmulo de molestias, imprevistos y alteraciones en las pequeñas rutinas cotidianas.
- Los estresores biogénicos: son mecanismos físicos y químicos que disparan directamente la respuesta de estrés sin la mediación de los procesos psicológicos.
Estos
estresores pueden estar presentes de manera aguda o crónica y, también, pueden
ser resultado de la anticipación mental acerca de lo que puede ocurrir en el
futuro.
Endocrinología
Los
aportes filogenéticos más antiguos y los mecanismos de la reacción de estrés
neuroendocrina del ser humano son prácticamente idénticos a los de todos los
demás mamíferos. La percepción de nuevas constelaciones de estímulos,
clasificados como amenazadores por procesamiento asociativo, corre pareja con
la generación de un patrón de actividad inespecífica en estructuras corticales
y subcorticales asociativas.
Estados de adaptación
Selye
describió el síndrome general de adaptación como un proceso en tres etapas:
- Alarma de reacción: cuando el cuerpo detecta el estímulo externo;
- Adaptación: cuando el cuerpo toma contramedidas defensivas hacia el agresor;
- Agotamiento: cuando comienzan a agotarse las defensas del cuerpo.
Existen
terapias preparadas para combatir el estrés y la ansiedad en la tendencia
actual hacia todo lo natural, las corrientes sobre cuidados de salud de las
distintas culturas, unidas a las recomendaciones de la OMS sobre la necesidad
de utilizar los "métodos tradicionales y complementarios" para
conseguir mejorar la salud de la población. Su construcción se caracteriza por
una vasta red de interacciones, tanto como para promover la salud, como para
prevenir la enfermedad y establecer nuevos procesos en el tránsito del malestar
que ella produce hacia la recuperación del bienestar. Entre ellas podemos
encontrar una gran variedad a utilizar de acuerdo a gustos y necesidades de
cada persona, solo por mencionar algunas esta la: riso terapia, aromaterapia y
auriculoterapia.
Otras acciones para evitar el estrés son las
siguientes:
- Realizar ejercicios físicos y de recreación.
- Evitar situaciones que causen estrés.
- Planificar las actividades diarias.
- Mantener una dieta saludable.
- Tener al menos dos ataques de risas al día (permite la liberación de endorfinas).
- Mantener un clima agradable durante el almuerzo, evitando preocupaciones.
- Tomarse un tiempo para la relajación mediante los juegos de mesas (se comprobó que estos tipos de juegos tranquilizan la mente).
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